La Novena Bienal de La Habana continúa siendo un fenómeno cultural debido a que artistas de lo que se consideran los centros y de la periferia participan en conversaciones globales sobre cuestiones de relevancia en el mundo de hoy. Más de cien artistas provenientes de cincuenta y dos países respondieron al tema propuesto, La dinámica de la cultura urbana. A través de la fotografía, el video, la instalación y la pintura, con mayor énfasis en las dos primeras categorías, los artistas exploraron la complejidad en constante cambio de la ciudad -el lugar que alberga actividades humanas, industriales, y a veces hasta rurales. "Desde distintas perspectivas artísticas, se analizó a la ciudad como sitio de riqueza, pobreza, belleza, miseria, esperanza y (la mayoría de las veces), fracaso en imponer formas para crear una esfera social, cultural y política en la cual poder vivir, trabajar, aprender, formarse y crear; un lugar de recreación, agresión, acumulación, desperdicio, rechazo y marginación."
En el siguiente comentario se hace mención de algunas propuestas artísticas alineadas con los diferentes sub-temas de la muestra. Las imágenes de la animada ciudad moderna captaron la atención de Laura Messing (Argentina) y Michel Najjar (Alemania), entre otros artistas. La obra de Messing, Andamios II, estaba compuesta por pinturas de gran formato basadas en fotografías en las que el andamio, utilizado para construir y reconstruir, constituía un símbolo que vinculaba el pasado con el futuro. Las fotografías de Najjar de las ciudades de Nueva York, Shangai, Tokio, Río de Janeiro y Madrid intentaban sugerir, por medio de imágenes superpuestas e intervenidas, la dinámica palpitante del urbanismo en su versión más extrema. Las características topológicas de las metrópolis se asemejan más de lo que difieren.
La Isla del Tesoro es el nombre de la maravillosa e irónica video-instalación-performance de Polibio Díaz (República Dominicana). La instalación presentaba una maqueta elaborada como una torta, diseñada como una isla artificial a ser construida en el arrecife frente a la actual ciudad de Santo Domingo. Colocada sobre un mantel azul que simbolizaba el Mar Caribe, la maqueta se exhibió delante de una vista aérea de la ciudad, mostrando cómo se habría visto el proyecto concretado en el caso de que la propuesta no hubiese sido rechazada. Durante la inauguración de la Bienal, el artista cortó y distribuyó porciones de torta a la audiencia mientras ésta observaba una escena del film El PadrinoII en la que Lee Strasberg en el rol de Hyman Roth reparte porciones de su torta de cumpleaños, que tiene la forma de Cuba, a miembros de la familia de Don Corleone. (¡Da la casualidad que Polibio trabajó como extra en esa película cuando se filmó en Santo Domingo!).
En una forma más sobria, las fotografías de Sze Tsung Leong abordaron la rápida aparición de enormes construcciones en China que coincide con la casi súbita desaparición de las tradicionales casas con patio. El choque entre lo nuevo y lo viejo, entre la tradición y la modernización es una característica de la vida post Mao. Las bellas fotografías a color de Leong registran el arrasamiento urbano y la ausencia de historia en el marco de la mayor expansión urbana en el mundo.
Liu Guangyung propone una visión diferente de la China moderna. Su video Neu01 Jinan taichi captó brillantemente las interacciones sociales de los consumidores en un restaurante al aire libre. La cámara, que se desplaza velozmente, crea escenas vertiginosas en cortes transversales que van desde una joven pareja en fase socialmente ascendente a hombres con el torso descubierto bebiendo cerveza, un joven guitarrista y un flautista. Las rápidas acciones de un cocinero y los movimientos lentos de un maestro de Tai Chi aportan los contrapuntos rítmicos dentro de la narrativa estilo tapiz. A medida que el video llega a su fin, el ruido y el bullicio del restaurante se acallan y el maestro de Tai Chi ejecuta un arte milenario dentro de la cultura china.
Roberto Diago (Cuba), Alejandro Ramírez (Costa Rica), Roberto Stephenson (Italia, residente en Haití), y Yennyferth Becerra (Chile) abordaron el tema de la pobreza de maneras convincentes. La instalación y video de Diago, El poder de la presencia, presentó decenas de pequeñas casuchas que simulaban aquéllas construidas ilegalmente en la periferia de muchas ciudades, en este caso, La Habana. El video ponía énfasis en la falta de servicios sanitarios y agua potable de red, y el "robo" de electricidad (energía no abonada). Ramírez exhibió videos que yuxtaponían las ironías del subdesarrollo y el desarrollo excesivo en Costa Rica, un país centroamericano orgullosos de su alto estándar de vida. En Cradle Song (Canción de cuna), la suave canción de cuna de Brahms constituía la música de fondo para imágenes de personas sin hogar en San José, un contraste que intentaba sacudir al espectador y sacarlo de su autocomplacencia. Las fotografías de Stephenson revelaban la variedad de la vida callejera en Haití, sus aspectos desarrollados y la decadencia que se puede observar en los sitios marginales de la ciudad. La instalación de Becerra mostraba un dormitorio desmontable, con una cama y sillas hechas de fibra sintética tejida. Por medio de poleas manuales, el hábitat podía ser levantado o desmontado, un tanto a la manera de las casas de cartón improvisadas que utilizan las personas sin hogar para guarecerse. Para la construcción de Solución habitacional, la artista recicló la fibra trenzada utilizada en versiones anteriores de esta instalación. Continuará reciclando los materiales una vez finalizada la Bienal, revirtiendo así el proceso de exceso de consumo, aun en una obra artística.
Hany El-Gowley (Egipto) y Dolores Cáceres (Argentina) rememoraron historias personales. La instalación de El-Gowley, Unveiling Cairo (Descubriendo El Cairo), consistió en un gran mapa digitalizado de la ciudad, en el cual pequeños puntos con forma de fotografías en miniatura marcaban los lugares "cambiados-modificados-modernizados" desde la época en que su abuelo visitara por primera vez esa ciudad en 1885. La obra intentaba conectar la vida urbana de hoy con recuerdos de lugares transmitidos a través de la historia familiar. En contraste con el mapa personal de El-Gowley, Cáceres representó la historia sociopolítica de su país en Dolores de Argentina, seis pequeños paneles en hierro fundido dispuestos sobre el piso. Análogos a las placas de piedra chinas, que se han utilizado durante milenios para documentar la historia, Cáceres enumeró las transgresiones dentro del proceso político ocurridas desde su nacimiento en 1961âgolpes militares, desaparición de estudiantes, devaluaciones de la moneda, censura, invasión de las Islas Malvinas, el atentado contra la Embajada de Israel, etc. La última placa, que dejó en blanco, está pendiente.
Sue Williamson (Inglaterra, vive y trabaja en Sudáfrica) y Claudia del Fierro (Chile) fueron voceras de temas marginales. Williamson, una ex periodista, exhibió Better Lives (Una vida mejor), films (en formato de video) y fotografías de escenas de africanos provenientes de otros países de África que han ido a Ciudad del Cabo en busca de una nueva vida. En el transcurso de la primera entrevista, la artista le preguntó a los sujetos acerca de su vida anterior; en el segundo encuentro, cada uno posó para un boceto de retrato en el que cada persona escuchaba un fragmento de su propia historia. Uno de los sujetos, Franí§ois Bangurambona, era viceministro del gobierno Hutu cuando soldados de la etnia Tutsi arrojaron una granada dentro de su oficina. Luego de ser hospitalizado en Kenya, se estableció en Ciudad del Cabo, donde opera un taller de reparación de automotores.
Claudia del Fierro presentó Corporativo, videos basados en performances callejeras que se llevaron a cabo en un vecindario de clase trabajadora en Santiago. Uno de los videos mostraba simultáneamente cuatro secciones de trabajadores organizando la mercadería en un pequeño centro comercial antes del horario de apertura. En otro, la cámara tomaba un primer plano de vendedores y oficinistas (interpretados por actores) que hablaban acerca de sus responsabilidades en el lugar de trabajo. Estos guiones, basados en extensas entrevistas conducidas por la artista, son a la vez humorísticos e informativos. Si los videos se hubiesen proyectado sobre las paredes, como era la intención, los ricos detalles de las acciones performativas de del Fierro habrían sido visualmente notables.
La poética instalación de Eder Santos (Brasil), Call Waiting, consistió en un video (proyectado sobre la pared) y doce jaulas para aves colocadas sobre el piso. La imagen de los pájaros volando de sitio en sitio en la ciudad, reflejada a través de las jaulas vacías, era una metáfora de la libertad y la contención en ciudades superpobladas y a menudo poco hospitalarias. La música de fondo, perturbadoramente bella, aportó un encanto particular.
Siete muestras individuales sobresalientes contribuyeron en forma significativa a la textura formal y temática de la Bienal: Antoni Miralda (España), Shirin Neshat (Irán / E.U.A.), Jean Novel (Francia), Lucy Orta (Inglaterra / Francia), Anne y Patrick Poirier (Francia), Carlos Saura (España) y Spencer Tunnick (E.U.A.). Estas muestras, junto con las de los artistas que participaron en los Proyectos Colectivos, conforman el material para otro artículo. La dinámica de la cultura urbana presentó nuestro mundo cambiante, en el que los artistas han contribuido a crear visiones que buscan reflejarlo y comprenderlo. Allí radican las perdurables contribuciones de la Bienal de La Habana, en la cual la producción, la circulación y el intercambio ocupan un lugar y tienen un momento. (*) Ph.D., art historian and curator of contemporary art
i Los curadores fueron Margarita González, Nelson Herrera Ysla, José Manuel Noceda Fernández, Ibis Hernández Abascal, Margarita Sánchez Prieto, José Fernández Portal, Hilda María Rodríguez y Antonio Zaya, curador invitado. ii Seis sedes oficiales, a las que se sumaban las diecisiete repartidas por toda la Habana Vieja, le dieron a la ciudad un ritmo vibrante diferente a cualquier otro. El simposio de tres días de duración Forum Idea, organizado por Dannys Montes de Oca Moreda, aportó un componente teórico suplementario.
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