Antonia Guzmán

Desde una corriente neoarcaica como se calificaron sus obras hacia 1990, además de asociarla con Klee y Xul Solar, Antonia Guzmán (1954), se destacó desde un principio por su individualidad y autenticidad. No se plegó a modas y, por el contrario, profundizó una poética que ha sido alabada tanto en nuestro paí­s como en el exterior.

Trabaja con la acuarela sobre papel artesanal, técnica que domina con maestrí­a. Poseen luminosidad interior, transparencia, espontaneidad.

¿El color en Antonia Guzmán? El rojizo, quizás de los atardeceres en el Tigre, o la memoria de los paisajes de Tilcara; el azul en sus distintas modulaciones; algunos verdes; en conjunto, una atmósfera iridiscente, de mágica resonancia.