Reviews - Hernan Bas
Fredrick Snitzer Gallery, Wynwood
A la entrada de un tosco espacio industrial no refaccionado en el Wynwood Art District, la oscuridad parcial y dos gigantescas y mudas pantallas de vídeo en blanco y negro que proyectan escenas familiares y marinas con la silueta de una carabela danzando juguetonamente dan la bienvenida al espectador a una reveladora y encantada instalación del artista local de 25 años Hernán Bas, quien participará en la próxima Bienal del Museo Whitney en 2004. Uno se siente transportado al escenario posterior a un naufragio. En el medio de la sala, una gruesa y peluda alfombra blanca abarca a varias pequeñas instalaciones que reúnen silenciosamente historias de caracolas, océanos, tesoros escondidos, bitácoras, luces de cristal y algunas construcciones escultóricas hechas con cañerías de cobre, perdidas en algún sitio que sugiere un capítulo en el que Moby Dick se encuentra con Robinson Crusoe. El esqueleto de un paraguas se mueve en círculos accionado por un motor, mientras que los collares de rocas y gemas que cuelgan de él producen ruidos al entrechocarse. Un escritorio de madera parcialmente vacío, una chaqueta colgada, una bola de cristal, velas, carabelas con sus velas rasgadas crean un ambiente de habitación construida con objetos encontrados. Una pintura cuelga de una pared; es un dibujo infantil de un pulpo con una carabela. Dos fotografías en blanco y negro de personas jóvenes que fingen ser tiburones cierran la colección de medios y objetos que Bas ha elegido para integrar este proyecto. Bas ha recreado reminiscencias y recuerdos de pasados sueños -tal vez pesadillas- de su niñez, que son a la vez nostálgicas y esperanzadas. Al penetrar en esta instalación, el observador se convierte en un intruso en la vida privada de alguien, de un sobreviviente que ha creado un espacio para vivir/trabajar con objetos del pasado que ha dejado atrás, incluyendo recuerdos y familia, y restableciendo con nuevos códigos una vida que continúa. |