FIA 2005
Tamanaco Intercontinental - Caracas, Venezuela
By
Palomero, Federica
Del 6 al 11 de julio se celebró en Caracas la edición número 14 de la FIA (Feria Iberoamericana de Arte), con una participación algo menguada de galerías venezolanas y extranjeras, lo que le dificulta cumplir con el propósito de enseñar el arte "iberoamericano". Los invitados de honor fueron la escultora venezolana Lía Bermúdez, un necesario reconocimiento a más de cuarenta años de propuestas que han contribuido a la renovación de este arte en el país, y el joven artista argentino Marcos López, quien usa la fotografía como soporte de un audaz trabajo de deconstrucción de la realidad y de los íconos artísticos. En su centenario, Francisco Narváez, el escultor más destacado de la modernidad venezolana, es objeto de un homenaje por parte de su estado natal, Nueva Esparta, con una muestra que permite apreciar las diversas etapas de su trabajo. Entre los "stands" institucionales destaca, como en años anteriores, la Curaduría del Banco Mercantil, esta vez con una excelente muestra de Bárbaro Rivas, acompañada de un bello catálogo. En la parte comercial, hay que lamentar una carencia de calidad general y un afán de complacer un público poco exigente, que busca ante todo alardes técnicos. Abunda un fotorrealismo relamido que nada aporta al arte latinoamericano. Entre los artistas dignos de mencionar, está en primer lugar el venezolano Juan Iribarren (galería Clave), con un depurado trabajo abstracto lleno de luz interior, complementado ahora por fotografías tan etéreas como sus pinturas y sus delicadas obras sobre papel. Llama la atención la evolución del trabajo de Jesús Guerrero (Artepuy, una galería que se estrena en la FIA con buena oferta), con una reflexión sobre la herencia del constructivismo nacional. Otros trabajos poco "comerciales", como los citados anteriormente, son las "miradas" de Schuster y Zajac (Okyo), que remiten a un concepto atemporal del arte, y los ensamblajes de Alberto Asprino (Luis Pérez), muy introspectivos. A nivel internacional, Arévalo Arte trajo, mezclados a cosas mediocres, un bello Bedia, un Iturria muy íntimo y un Larraz impactante. No hay mucho más: fue una FIA predecible y sin novedad. |