REVIEWS - 2005 CINTAS AWARDS

The Americas Society, New York

By Villasmil, Alejandra
REVIEWS - 2005 CINTAS AWARDS
La cineasta Amalia Zarranz y el artista plástico Christian Curiel fueron los ganadores de los "Premios Cintas 2005", que cada año reconocen el talento de artistas de ascendencia cubana que residen fuera de Cuba. El veredicto fue anunciado por miembros de la Junta Directiva de la Fundación Cintas en una ceremonia y exposición organizados en la galerí­a de The Americas Society, institución que por primera vez acoge este evento, tradicionalmente celebrado en la ciudad de Miami. Curiel resultó ganador entre un grupo de finalistas en la categorí­a de artes plásticas que incluí­a a Felipe Dulzaides, Guerra de la Paz (Neraldo de la Paz y Alain Guerra) y Lilian Garcí­a-Roig. El jurado de este año estuvo integrado por Gabriela Rangel, directora de Artes Visuales de Americas Society; Julián Zugazagoitia, director de El Museo del Barrio (Nueva York); Sandra Antelo Suárez, de "Trans Magazine"; y David Kiehl, del Whitney Museum of American Art. Los ganadores en artes visuales recibieron un premio en metálico de 15.000 dólares, cifra que en esta edición se eleva respecto a los 10.000 otorgados en años recientes, gracias a una asociación entre la Fundación Cintas y la fundación del pintor cubano Emilio Sánchez.
Así­, el premio en artes plásticas de la Fundación Cintas pasa ahora a llamarse "Cintas Foundation Emilio Sánchez Award in Visual Arts", y es financiado en partes iguales por ambas fundaciones. En la exhibición se incluyeron tres pinturas al óleo y un dibujo de Curiel que evocan la atmósfera perturbadora e inquietante, la difusa separación entre pintura y dibujo y los "colores fauvistas" de la artista sudafricana Marlene Dumas. En las obras de Curiel, recuerdos de la infancia, así­ como los cuentos populares y el folclore cubano, son representados en retratos de grupos de niños en situaciones absurdas. En sus pinturas habitan personajes extraí­dos de diversas fotografí­as familiares yuxtapuestas, una imaginerí­a que viene a ser la única conexión del artista con sus memorias. Se trata de "una historia de final abierto, compuesta por diferentes trozos de fotos familiares y cargada de simbolismo y metáfora", según Curiel.