REVIEWS - NAN GONZÁLEZ
Museo de Bellas Artes, Caracas
By
Rodríguez, Bélgica
Titanes de hielo es el título de la magnífica instalación de Nan González (Venezuela, 1956), que propone varios problemas relacionados con el hombre, la naturaleza y el arte. Con referencias absolutas a planteamientos artísticos más contemporáneos, es el grito del agua y la naturaleza defendiendo una esperanza ante su destrucción por el hombre. Aquí se abren los poros de la vida ante el hielo que se transforma en agua, ante el agua que desaparece en vapor, ante la inmensidad de una naturaleza que está expuesta al hombre y sus ambiciones. La obra-instalación está conformada por cuatro instancias ambientales, Preservar: la gran botella antigua suspendida que en su interior contiene el glaciar; el video arte que titula El alma del glaciar, proyectando cúmulos de hielo que se derriten y dejan escapar su vida interior formando imágenes que el espectador va a percibir como seres superiores (estos seres para Nan son Maestros de otras dimensiones). Vida del glaciar es la tercera instancia donde expone una nevera blanca que contiene y muestra tres pantallas que reflejan la vida del Ártico y por último el Vuelo interior, la imagen proyectada de una inmensa lechuza blanca desplegando sus alas en el espacio y que representa la conexión directa entre el Ser y el Universo, el entendimiento y la divinidad. En una extraordinaria simbiosis, la artista conjuga un tema ligado a lo más puro de la naturaleza, su destrucción y las fuerzas supremas que actúan sobre el comportamiento del hombre con la conciencia de traspasar los géneros tradicionales de la praxis artística, asumiéndolos y resumiéndolos (escultura, pintura, dibujo, gráfica), junto a la tecnología de punto en sistema de video digitalización. Así crea imágenes resueltas en luz, color, sonido y objetuales, que se apropian del espacio físico; con todo ello provee un sentido de grandiosa monumentalidad al espacio y a la obra instalada en él. Nan González siempre ha estado a la vanguardia artística en Venezuela, Titanes de hielo, es una consecuencia del trabajo que ha realizado desde su permanencia en Londres y su regreso a Caracas a principio de los años ochenta. Su trayectoria podría definirse a partir de la permanente y sistemática reflexión sobre el hecho artístico contemporáneo, sobre el análisis del impacto que el arte produce en la sociedad y viceversa, y estos dos en la conciencia del hombre. En esta instalación propone un ambicioso plan, creativo y altamente artístico, que comporta planteamientos estéticos poéticos que derivan en un compromiso ético. La artista confiere forma al discurso aprehendido a partir de un gesto, natural o humano. Hurga en el hacer y el ser, en el quehacer y el objeto e inventa un nuevo paisaje, que al ser extraído de la realidad se ofrece en la desnudez de lo que está pereciendo (el planeta muere poco a poco), y, paradójicamente, se ofrece en la dramática belleza de su destrucción. Titanes de hielo es la belleza plástica, es la elocuencia del planeta que habla a través de una artista como Nan González, a la que le animan espiritualidad y amor supremos. |