REVIEWS - ALFREDO JAAR
Lelong, New York
By
Villasmil, Alejandra
Alfredo Jaar continúa su investigación sobre los límites de la representación visual, la guerra, el genocidio y la creciente desigualdad entre países desarrollados y en desarrollo en Muxima, su primer film, estrenado en febrero en Nueva York. A diferencia de trabajos como El lamento de las imágenes (2002), donde la aproximación conceptual y la economía de recursos derivan en un potente mensaje, Muxima apela a un rompecabezas de imágenes y sonidos para retratar de manera simbólica y alegórica a un país, Angola, agobiado por treinta años de guerra civil. Construido como un poema audiovisual, el film nació del redescubrimiento del cine y la pasión del artista chileno por la música africana, en particular la canción popular angoleña Muxima ("Corazón"). Como una suerte de "decálogo de la tragedia", la obra está dividida en diez cantos estructurados en torno a seis versiones de la canción y a imágenes alusivas a la crítica situación de la ex colonia portuguesa, que se mide en millones de desplazados y fallecidos, sin contar una pobreza de más del 80 por ciento, 18 millones de minas antipersonales aún activadas, la falta de acceso al agua potable y servicios de salud, y una tasa de Sida del 12 por ciento. Jaar expone esta realidad mediante las imágenes de un grupo de niños que posan ante la cámara, sonriendo, con la mano en el corazón; una fortaleza y sus monumentos coloniales en ruinas; la cuidadosa -pero definitivamente trágica- desactivación de una mina; y los carteles de señalización de las calles Che Guevara y Salvador Allende. En el Canto IX, Jaar hace referencia a la paradoja de que el 90 por ciento de los ingresos de Angola provienen del petróleo -siendo Estados Unidos el principal socio petrolero- al contraponer las imágenes de la extracción de un pozo con la administración de suero a un enfermo de Sida. |