LEONILSON EN EL MASP: ENTRE LA VULNERABILIDAD Y EL PODER
El Museo de Arte de São Paulo (MASP) presenta la exposición Leonilson: Ahora y Oportunidades, dedicada al artista, que fue figura clave en la escena brasileña de finales del siglo XX. La muestra abarca sus últimos años creativos, donde explora temas de amor, pérdida y la fragilidad humana con una voz íntima y única.
Leonilson (1957-1993) es un artista central y marginal en la historia del arte brasileño. Central porque es autor de una obra absolutamente imperdible de finales del siglo XX, reconocida en numerosas exposiciones, libros e incluso en tatuajes. Pero también es marginal porque, con una obra tan única, no encaja fácilmente en los movimientos y generaciones de la historia del arte brasileño. Sobre todo, Leonilson es marginal porque, a finales de los años 1980 en Brasil, es un hombre gay y, desde mediados de 1991, vive con VIH; muere dos años después, a la edad de 36 años, como resultado del SIDA.
Trabajando en dibujo, pintura, objetos, bordados, telas e instalaciones, Leonilson expresa intensamente sus pasiones y emociones en sus obras, cuyos temas son el amor, el abandono, la pérdida, la soledad y la enfermedad. Pero Leonilson también expresa sus sentimientos en relación con la política, como se puede comprobar en la obra que da título a la exposición, Ágora y como oportunidades, en otras obras de la serie Minoritarias y en varias ilustraciones realizadas para la columna de Barbara Gancia, entre 1991 y 1993.
Esta exposición se centra en el llamado Leonilson tardío, el período de madurez del artista en el que refinó su lenguaje y su poética, utilizando cada vez menos elementos en sus composiciones –a menudo con rasgos religiosos– y alcanzando una cima verdaderamente sublime en 'Instalación sobre dos figuras' (1993). A pesar del carácter a modo de diario de su obra, es importante entender la obra del artista no desde un interés biográfico –ya que muchas veces mezcla verdad y ficción, biografía y fábula–, sino a través de su monumental construcción poética, representada en imágenes, materiales y textos.
La exposición se divide en cinco salas, cada una dedicada a un año de producción de Leonilson entre 1989 y 1993, en la galería del primer piso del museo y en una sección adicional en el entresuelo del primer sótano, con ilustraciones de Barbara Gancia. A más de tres décadas de su muerte, el artista continúa ofreciendo nuevas oportunidades de lectura, inspiración y significado. La imagen que queda de Leonilson, a través de obras, exposiciones, libros, películas, teatro y tatuajes, es la de un antihéroe resonante, múltiple y contradictorio.